Ver durante la noche, escuchar el silencio, perecer durante el día... He regresado un tiempo inapreciable a mi miserable cripta, he comprobado que todo seguía igual en el interior y confusamente renovado en el exterior. Las antorchas ya no prenden igual pero tampoco las necesito y, felizmente, he comprobado que los animales siguen pululando por las viejas calles...

Acabo de regresar de casa con Greiskul, que últimamente parece que es el único que se alegra y que tiene ganas de verme. Han pintando la escalera y han cambiado la puerta, los interruptores y los telefonillos de los porteros. Ayer salí a pasear con Greiskul y nos topamos con un rebaño de cabras, perros y pastor; atravesando la calle hacia el campo. Hacía mucho tiempo que no veía algo así, un hecho tan común cuando era pequeña. En cierto modo me gusta que nada de eso cambie y vuelvo a confesar que mi ánimo desciende en picado según aumenta el tiempo que paso en el pueblo. El tiempo sigue estancándose allí y recordando los fantasmas de tiempos pasados. He vuelto y espero que hoy todo cambie. ¡Necesito pilas nuevas!

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A la pregunta de si soy feliz, sinceramente digo NO...