Visualízame y luego aprende. Derrocha el gusto frente al paladar corrompido. Anhela y expande ese sentimiento embaucador que atora tu pecho con leve risa irritante. Corrobora que has nacido y eres joven. Eyacula que estás en las afueras del Infierno y fríe ante "ellos" que no has podido más que arrancar de su lengua las migajas de pan que componían mi esqueleto. Eleva en un susurro todo afán por destruirme y míralo desde el abismo hasta alcanzar a ver su belleza perdida. Escucha sólo hasta donde la apariencia responde, encaja una llave en el rompecabezas y luego echa a correr, es tu hora, tu avaricia se verá colmada y, no sea ahora, aquí ni ante nadie, que has venido, mas, si sólo tu esquela demuestra tu fatídico final es porque a unos cuantos le arrancaron los ojos y sus párpados, vacíos, sin nada que sostener ni que proteger... tan inútiles como tu sed de atropello. No, no es herencia terrenal lo que te rodea, sólo aspereza envuelta en líquido. Vapor que hunde, arma que amenaza. Llama tres veces antes de entrar y luego agáchate: las Edades de las Lámparas ha llegado. Sabes que no podrás salir. Restringido. Votos en silencio. Aparición. Entre ruinas tu nombre, entre flores mi epitafio. Lo derruido hoy alcanza forma, de las cenizas... la luz. Hoy el Fénix alza el vuelo. Hoy de sus ojos, mi voz.

Feliz retorno.