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viernes, 5 de marzo de 2010

A una mujer


Es difícil plantarle cara a lo que damos y a lo que recibimos a cambio. Es duro decirle al ser que amas que ya es suficiente, que necesitas ser una persona amada y respetada, ante todo, que necesitas ser un ser humano.

Decir adiós es duro por el vértigo que se siente. Despertarte y ver el abismo ante tus pies, el no saber qué será de ti a partir de ahora y no encontrar la forma de enfrentarte a la nueva realidad. Es ahora cuando todo consejo parece más un acto de compasión que una salida. Los odiamos, les golpeamos, los escupimos y los arrojamos al abismo, junto con nuestra propia sombra.

El vacío, las ilusiones destrozadas y los recuerdos rotos... Parece un milagro sobrevivir a todo eso. Pero el dolor es una balsa. Aprender a distinguir entre sus marañas los tesoros que hemos conquistado y aferrarnos a ellos con los dientes, tragándonos todo ese oro que despierta nuestra propia luz. Abarcar todo lo bueno y dejar marchar todo aquéllo que nos produce dolor, dentro del mismo dolor, es la manera de salir adelante.

Escúchate, grita y llora, llora todo lo que tengas que llorar y que cada lágrima sea cada frustración y sueño destrozado, cada palabra hiriente y cada gesto de desprecio. Deja que todo lo que produce dolor se marche y sobre todo, déjale marchar.

Eres una mujer valiente y poderosa. Ahora ya sabes qué es lo que no quieres obtener de nadie y nunca más permitirás que ocurra. Eres fuerte e inteligente, por supuesto hermosa. Las flaquezas te hacen levantarte y mirar hacia delante. No te detendrás ahora que has llegado tan lejos y cuando las fuerzas te fallen no te faltará la voz para gritar NUNCA MÁS.

6 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

Cuando una puerta se cierra, otra siempre se abre.
Son decisiones que duelen pero que el tiempo confirma que fueron sabias, valientes y aunque difíciles y dolorosas, ayudaron a crecer.

Besito y oporto.

Mike dijo...

Solo cuando encontramos la fuerza para saltar los muros de nuestros propios miedos somos valientes para aceptar lo maravillosos que realmente somos.

Encontrar la palabra es facil, sabes lo que tienes que decir, pero es ese aire que tienes que exalar de tus pulmones el que se resiste a asomar entre tus cuerdas vocales para al fin poder pronunciarla. En momentos, es mejor pararse para tomar aire, inspirar y expirar para llenar tus pulmones de aire fresco, y al fin gritar todo lo fuerte que puedas esas dos palabras que adornan el final de tu entrada.

PD Me encanta tu nueva imagen!

Violeta dijo...

Muchísimas gracias por tus palabras :) Un fortísimo abrazo!!!

Óscar Sejas dijo...

El problema es cuando va pasando el tiempo, las cosas cambian, las personas también y no consigues quitarte esa sensación de vacío del estómago.

Supongo que hay que dar tiempo al tiempo y confiar en que algún día, todo cambiará. Podrán quitarte el timón pero nunca la brújula para seguir encontrando el norte.

Un abrazo.

Megapili dijo...

Ananda: Tú sabes tan bien como yo que a veces no somos capaces, tan siquiera, de ver las puertas. Esa idea fue la que me motivó para escribir este texto, que no es más que el comentario que le dejé a Violeta en su blog. Besitooo!!

Mike: Creo que no se trata del aire atrapado en nuestros pulmones el que nos impide decir basta. Es más el miedo al fracaso. Hay mujeres que sienten que al dejar una relacción que en verdad les perjudican, están rompiendo su vida. Se sienten frágiles y prefieren continuar a la deriva en una relacción dañina antes que valorarse ellas mismas y ponerse en primer lugar. Durante mucho tiempo el papel de la mujer ha estado siempre en un segundo plano, sin importar sus necesidades ni su opinión. Desgraciadamente en todo el mundo, se repiten estos clichés incontablemente. El cambio para estos casos comienza en uno mismo. Hay que concienciarse del problema. Con independencia económica, una mujer no tiene que resignarse a estar en segundo lugar, su voz también se escucha y además, tiene el suficiente poder y capacidad para continuar su vida sola. Por eso son importantes la educación y la conciencia social a nivel mundial. Debemos exigirle al govierno una educación igualitaria y tener las mismas posibilidades de trabajo que los hombres. Debemos llegar a los pueblos en desarrollo y establecer proyectos de conciencia social contra el maltrato a la mujer. Debemos apoyar a todas las mujeres necesitadas de este mundo y debemos exigir una educación igualitaria para todos los niños y niñas, sin excepciones. Hay que concienciar a la gente sobre el respeto a la mujer y debemos empezar por nosotros mismos. Ese es el verdadero paso hacia el cambio.
Un abrazo.

Violeta: Sé bienvenida y gracias a ti por hacerme reflexionar. Me permití poner el comentario que te dejé, en mi blog, porque pensé que quizás, podría ayudar a alguien con mis reflexiones o por lo menos, darles de qué pensar.
Un abrazo muy fuerte y ánimo!

Oski: "Podrán quitarte el timón pero nunca la brújula para seguir encontrando el norte." Todo un himno.
Besos.

Nuria dijo...

Sólo cuando digas lo que pienses, cuando luches por lo que quieres, cuando pelees contra lo que no te guste, cuando no te rindas ante las adversidades, sólo en ese momento, serás libre.