Traductor/Translate

viernes, 25 de abril de 2008


Te estuve esperando al anochecer y al despertar del viento gélido. Siempre distinto, el que aniquila las luces no duerme de día y en cambio, camina confiado sobre el filo del amanecer perturbando a las sombras. Las flores han muerto en mis manos y sus cadáveres me acompañan a la orilla del río a esperar a los fantasmas enloquecidos. ¡Pobres almas! No son más que perturbadas luces cristalizadas. Herida en mano, no hacen daño si no las escuchas, pero hoy, hoy, hoy regresé ignorando a los esbirros del dolor para esperarte a la orilla del río.

Recordar es para mí alimento. Me alimento de ti y de tu esencia. Me encanta devorarte, porque el sabor de tu sangre, garganta abajo, me devuelve a la vida. Vida que prolonga la locura a la que me llevan tus manos y tu voz. Perecer en tu boca es pura delicia y ver cómo te estremeces al simple roce de mis uñas abre mi mente a una infinitud de perversidades obscenas que, una a una, van atormentando y deslumbrando tus sentidos hasta llevarte a un frenesí de placer del que nunca sales vivo...


Te esperé en mitad de la bruma confundiéndome con las almas que vagan. Fueron mis ojos los que te llamaron y mi cabello el que te recibió en un abrazo.

Es hermosa tu sonrisa cuando estás hipnotizado. Cuando estás para mí, cuando sabes que eres mi presa... y te encanta.

No hay comentarios: